La anunciación del Angel a Nª Señora.
Ante la aparición del Arcangel San Gabriel, Nª Señora no se asusta, y es natural ya que la Virgen, la llena de Gracia , estaba con Dios y el Arcangel es enviado de Dios. Nosotros no nos asustamos al recibir la visita de un querido familiar. Nuestra Señora, que se ha prometido al Señor, quiere ser fiel a su promesa y ¿cómo puede ser fiel a su promesa y al mismo tiempo seguir lo que el Señor espera de ella? Conociendo el misterio que el Angel le revela, Ella responde: Hágase en mí según Tu Palabra.
La visitación a su prima Santa Isabel.
Anunciado por el Arcangel San Gabriel que su prima, de edad avanzada, se encuentra en estado por voluntad de Dios, Ella no duda en ponerse en camino, a pesar de encontrarse en estado. Comprende que debe llevarle al Señor, que tiene en su interior y tambien su personal ayuda. ¿Qué enseñanza de apostolado: llevar la Palabra y la obra! Su prima, cuando ve a la Virgen, exclama: ¿de dónde a mí venir la Madre de mi Señor? ¡Qué deberíamos nosotros exclamar al acercarnos a comulgar para recibir en nuestro interior al mismo Señor!
El nacimiento de Jesús en Belén.
Nuestra Señora sigue su camino sin quedarse más tiempo disfrutando de la ayuda que ahora le daria su prima. Va a Belén para cumplir con la Ley. Se cumplen los dias y va a llegar el Señor y no hay propio lugar, en aquel lugar y se recoge en ua gruta de la naturaleza para recibir a la Realeza. En esta sencillez se encuentran la grandeza de Dios, celebrada por los ángeles del Cielo, los pobres de la tierra, los sabios de la ciencia, con las manos de la Purísima doncella.
La presentación del Niño en el Templo y purificación de Nuestra Señora
Estas dos acciones nos pueden parecer carentes de sentido y no es así. El Niño al ser presentado en el Templo, viene a ser puesto en manos del Padre, pues ha venido para hacer su Voluntad. Nuestra Señora, la Inmaculada, no necesita purificarse, sino que su purificación es cual los vasos sagrados que han contenido el Cuerpo y la Sangre del Señor.
El Niño perdido y hallado en el Templo.
Ya ha sido la fiesta de la Pascua y en ella ha estado la Sagrada Familia. La Virgen y San José caminan hacia su hogar con el ajetreo del camino y de los caminantes. Cuando hacen alto, para recuperar fuerzas y descansar de fatigas, adviertn que el Niño no está entre los demás pequeños de la caravana. También nosotros nos alejamos de Jesús sin darnos cuenta, por estar entregados a nuestras cuentas. ¿Imaginamos cual seria el sentir y la preocupación de la Virgen y San José al no saber dónde está y qué le pasará al Niño? Los padres algo podemos saber de ese padecer al haber pasado, ratos o dias, esperando al hijo que ha salido. Con esa preocupación por lo ocurrido le buscan, preguntan a unos y otros y a última hora acuden al Templo y en él le encuentran, le reciben y de alegria se llenan. Si nosotros nos alejamos de Dios, no dejemos que pase un dia sin buscarle, llamarle y acudir al templo para pedir perdón y seguir alegres nuestro camino junto al Señor.