- Escrito por: Fco. Javier Barandiarán Allende
Si has recibido su visita por la mañana, propio es responder visitándole por la tarde. En todo caso, si no nos es posible, detalle de buen estilo es ir a la iglesia y visitar al Santísimo.
Evidente es que Jesús nada necesita de nosotros, somos los que necesitamos de Él.
En la visita le dedicamos unos minutos, le damos gracias, al menos, con la mente y con palabras, le pedimos para nosotros y para otros lo que necesitamos.
Además, siempre se alegra más el que visita que el visitado, aunque mucho se agradece una visita.
Con la visita al Santísimo se quita la soledad natural existente en muchas iglesias alrededor del Sagrario, aunque de su interior se expande en el ambiente el Espíritu
Por muy varias razones muchas personas no pueden hacer la Visita al Santísimo, pero lo que sí pueden es
- Escrito por: Fco. Javier Barandiarán Allende
La triunfante Resurrección
Jesús resucita, como habia anunciado y se aparece a su Madre, la Virgen Maria.¡Qué alegria le daria ver a su Hijo a su lado! Ella sabia que Jesús volveria, pero es tan diferente el saber que el contemplar.
La Gloriosa Ascensión
Cuarenta dias está Jesús entre los mortales, pero no para quedarse con ellos y la Virgen lo sabía y llega el dia en el que Jesús asciende a los Cielos. Los Apóstoles quedan consternados, Nuestra Señora, la llena de Gracia, les ampara y anima. Ella sabe que la vida en la tierra es el camino para llegar al Cielo
- Escrito por: Javier
La espiritualidad trata del espíritu, así como la corporeidad del cuerpo.
En tiempos la espiritualidad se asignaba a los monjes e incluso a los clérigos, es decir, excluyendo a los laicos.
Se observa hoy día una mentalidad laical que separa al ciudadano del cristiano.
El laico cristiano, no es “marioneta” del clérigo, no se aparta del mundo, ni es esclavo de éste.
El laico, como hombre, tiene espíritu y debe cuidar su cuerpo y su espíritu.
Precisa aunar lo natural y lo sobrenatural, lo material y lo espiritual,
Lo material queda espiritualizado al hacerlo con la intención de agradar.
- Escrito por: Javier
El ser humano tiene inscrito en su naturaleza un deseo de permanente felicidad.
El cristiano tiene además la confianza de llegar ala Gloria, es decir, a una vida feliz, indefinida en el tiempo y no definida en el modo. Únicamente, requiere querer lo que cree, es decir, coherente con su creencia. Esta creencia supone reconocer que venimos de Dios y que a Él vamos.
El camino es claro: amar a Dios y a los prójimos. Se ama a Dios cumpliendo con nuestras obligaciones. Una de éstas es la de dar gracias, si por poca cosa damos gracias, ¡cómo no debemos dar gracias a Dios que nos ha creado y mantiene en la existencia!
- Escrito por: Javier
Connatural a la naturaleza humana es su deseo de felicidad y eternidad. La felicidad la busca y aún alcanzando la que deseaba, no le satisface, quizá se conforme, pero con la certeza de su temporalidad. Esta le lleva a pensar en su principio y su fin. Comprende que él no se ha hecho y que todo lo existente ha requerido exige quien lo haya hecho. El mundo en el que me encuentro y el cosmos del que formamos parte quien lo ha hecho?
Unos recurrieron a los dioses, dios de las aguas, dios del fuego, dios de la guerra, dios de la belleza, un dios para cada cosa. Si hay tantos dioses, ninguno es en verdad dios.
Y a cada uno de esos dioses quien los hizo? Todos y cada uno no son más que fruto de humanas mentes.
Otros, prescinden de dioses, atribuyen el principio al Big-Bang y posterior evolución.
- Escrito por: Javier
San Bruno, el primer Cartujo
Juventud
Bruno nació en Colonia, Alemania, hacia el año 1030, sus padres no carecían de nobleza, o al menos de cierta notoriedad en la ciudad... Vivió sus primeros años en esta ciudad. Como en aquella época solo los Monasterios y las Iglesias tenían escuelas para la enseñanza, es de suponer, que Bruno asistiría a alguna de ellas. Desde sus primeros años reveló Bruno dotes intelectuales poco comunes. Siendo joven fue enviado a la célebre escuela de la catedral de Reims. Tanto se identifica con el ambiente de la ciudad que olvida su origen alemán, se le llamará: Bruno el francés. También aquí su personalidad llamó la atención de sus maestros. Teniendo veinte años percibía los problemas de la Iglesia. Bruno se inclina por los estudios religiosos y se entrega a la enseñanza sagrada.
- Escrito por: Javier
Entresaco de esta carta algunos de sus párrafos, por su aplicación general.
Formación para la nueva evangelización
La formación se precisa en cinco campos: humano, espiritual, doctrinal-religioso, apostólico y profesional.
En lo humano descubrimos que precisamos perfeccionar nuestro carácter, nuestro modo de ser, adquiriendo y mejorando las virtudes humanas que constituyen el soporte de las sobrenaturales. Lo mismo se requiere en el campo espiritual.
En el campo doctrinal-religioso nuestro conocimiento de Dios y de la doctrina revelada puede y debe crecer.
El campo del apostolado, que es un mar sin orillas, requiere preparación para anunciar el amor de Cristo en los actuales ambientes.
En el campo profesional el prestigio es condición para hablar.