ad sidera visus

QuietudLa inquietud la encontramos en la obsesión por  tanto cambiar de lugar, de programa de televisión, de variaciones en las Bolsas, etc.

La quietud se aprecia en tantos que se amoldan a pasar sin nada hacer en la jornada, o a pasarla ante el televisor o sobre el sofá.

Tan mala es la quietud como la inquietud.

Debemos sosegadamente analizar el ambiente y pasar a la acción.

La vida requiere luchar, remar contra corriente, si es contraria la corriente. La vida es “servicio y sacrificio”.

No tiene sentido pasar el tiempo con “pasatiempos”, en “solitarios de la baraja”, leyendo novelas de entretenimiento, rellenando páginas de “sopa de letras”, andando por caminar, salvo por prescripción médica. 

 

Si estás en el paro, busca trabajo u ocupación.

Tampoco el jubilado debe quedarse “quieto”. Al menos procure transmitir algo de lo que a lo largo de su vida ha aprendido.

Podemos y debemos prestar una ayuda al necesitado de compañía o de conocimiento.

Luchar no es otra cosa que esforzarse por hacer algo bueno.

Si nada haces, nada vales.

Tampoco te inquietes por no alcanzar lo que pretendes.

No te inquiete el pasado, porque ya pasó, ni el mañana que  llegará. Más bien, disfruta del hoy, que vives.