Cultura, vida de la inteligencia, opción por la belleza, estilo y elegancia, amor a la palabra, sentido del humor, el don de la amistad, la honestidad... son algunos de los aspectos que aborda Juan Luis Lorda, ingeniero, sacerdote y profesor de la Universidad de Navarra, en su libro "Humanismo - Los bienes invisibles".
De su lectura entresaco algunos párrafos que me han llamado más la atención. Espero que sean de vuestro provecho.
Por “Humanismo” se entiende el “cultivo” del ser humano.
El humanismo no es un conjunto de recetas, sino un ideal de formación
“Lo esencial es invisible a los ojos”, Antoine de Saint-Exupery
Los bienes invisibles son luminosos, netos, inmateriales, capaces de abrir horizontes y dar belleza a la existencia.
Tienen mucho de don gratuito
El pago de los bienes del espíritu son ellos mismos
1. Cultura
La palabra “Cultura” proviene de culto, cuidar o cultivar.
No forman cultura los muchos conocimientos, aunque se encuentren en ella.
Entiendo por “Cultura de un pueblo” sus maneras de pensar, sentir y expresarse.
La Educación debe señalar rectos caminos para “formar” hombres, para “humanizar”
La Enseñanza transmite conocimientos, facilita datos
Señalaba Petrarca: ¿De qué le sirve al hombre conocer la naturaleza si ignora la naturaleza del hombre, de dónde viene y adónde va?
La parte más humanizadora de la cultura son: la sabiduria, la virtud y las artes humanas.
Juan Luis Vives escribió: la persona debe esforzarse en cultivar y adornar el espíritu con conocimiento, ciencia y ejercicio de las virtudes, de otra manera el hombre no es hombre, sino animal.
El hombre es un ser con cuerpo y espíritu.
El cuerpo debe ser alimentado y el espíritu cultivado
El espíritu tiene inteligencia, afectividad y voluntad libre.
Mediante la inteligencia nos situamos; por la afectividad elegimos y por la voluntad actuamos
2. La vida de la inteligencia.
La inteligencia es el cimiento de nuestra personalidad, la luz del alma y la puerta que nos abre al mundo
La inteligencia tiene dos grandes funciones. En primer lugar, la función intuitiva, la segunda es discursiva, que llamamos razón.
La relación con personas que piensan bien nos facilitan razonar y a expresarnos con más perfección.
Se puede decir que el arte del pensar es el arte del análisis y de la síntesis. Esto se logra poco a poco. El saber no es espontáneo.
Todo hay que aprenderlo humildemente y de los demás.
El contraste entre lo que recibimos y lo que experimentamos desarrolla la capacidad de reflexión
Leer lo que otros escribieron, conocer personas y lugares, reflexionar sobre lo leido, visto y oido.
Hay que empezar aprendiendo, y aprendiendo de memoria.
La memoria es la base de la experiencia. Sin memoria, no hay saber.
Hay dos maneras de saber algo, dice Garcia Morente: una saber sin pensamiento, y otra el saber pensado.
Juan Luis Vives escribió: El camino más breve hacia la ciencia es la atención y diligencia en escuchar.
Saber muchas cosas sin unidad ni orden, no es saber.
Un hombre sin noticias, está a oscuras. La información nos es necesaria, pero recibirla con cautela, pues puede someternos a una “nueva tirania”.
Recordando los pasados tropiezos se evitan otros nuevos.
Bueno es la lectura, pero sabiendo elegir, temas, estilos y escritores.
Dice Cicerón, en relación con lo histórico,
“es testigo de los tiempos, luz de la verdad, maestra de la vida, mensajera de la antigüedad”
La lectura se madura y saca más provecho poniendo por escrito lo que he aprendido.
- 3. Opción por la belleza
Dijo Viktor Frankl: Libertad interior del hombre es su capacidad de contemplar y gozar de las cosas bellas
Haber aprendido a saborear la belleza, es un tesoro
Cada vez que decimos: “es bonito, me gusta”, estamos gozando de una experiencia estética.
Síntomas de la experiencia estética son
Descarga afectiva, que nos hace vibrar, entrar en sintonia.
Sensación de plenitud, que nos entusiasma.
Gozo que irrumpe incontenible.
Ansia, que desea más.
Nostalgia por el disfrute perdido.
Características de la belleza son:
Lo bello es distinto de lo útil.
La belleza afecta al hombre por entero.
La belleza está siempre relacionada con la armonia.
La belleza se presenta como un signo de trascendencia.
Géneros de la belleza son:
Resplandor de la verdad.
Moralidad de las acciones y sentimientos humanos.
La naturaleza.
Las artes.
Valor de las obras de arte:
Valor técnico, artístico, representativo.
Consejos para desarrollar la sensibilad estética:
Tratar con lo bueno.
Aumentar la cultura artística.
Seleccionar.
Frecuentar.
- 4. Estilo y elegancia
Lo elegante y lo cursi. Se llama elegancia al tono que la inteligencia pone en las acciones del cuerpo y en el comportamiento humano: en la forma de andar, y en la postura, en el modo de hablar, y de vestir, de comer y de estornudar.
Dice Gracián: Señorio en el decir y en el hacer.
La elegancia es la estética externa de la vida humana, del mismo modo que la moral es la interna. Todo ello requiere un aprendizaje.
Todavia hoy en castellano, decir que una persona es “educada” no significa que tiene muchos conocimientos, sino que practica las formas de cortesia y de “buena educación” propias de la cultura española.
Es la diferencia entre la “instrucción”, transmitir de conocimientos, y “educación”, transmitir buenos hábitos.
Todas las cosas buenas tienen un justo medio. La elegancia es un término medio entre lo cursi y lo zafio, lo afectado y lo chabacano, lo pedante y lo grosero.
La elegancia tiene que ser siempre natural y no exagerada.
El buen gusto no es congénito.
El talante es lo que se refleja de nuestro carácter en la forma de conducirnos ante los demás, que requiere el control racional de uno mismo y se pone de manifiesto en:
La serenidad, conservando la calma.
La naturalidad, sin hacer teatro.
El control de los sentimientos, sin perder los papeles.
Hay que ser sencillo y modesto cuando a uno le van las cosa bien, y fuerte cuando le van mal.
En la mesa y en el juego, se conoce al caballero.
Hay que tener la elegancia de saber perder.
Hay que tener control en la mesa y tambien con la lengua.
Si no se sujeta la lengua se habla demasiado.
La compostura se presenta en: el porte y en la postura; en el aseo personal y en la pulcritud; en el ruido por carcajadas y gritos.
El estilo personal y el buen gusto.
Tener estilo es marca de presentación, se dice “tener clase”.
Se debe diferenciar “clasismo”, que resulta repelente, de “calidad humana” que es apreciada.
Hay quienes tienen mucho dinero pero no tienen estilo, ni buen gusto.
Una persona amable, culta, generosa y atenta tiene estilo.
El buen gusto tiene quien sabe escoger lo que es bello. Los gustos se pegan, se adquieren por “imitación”, es decir, tratando con personas de buen gusto.
Una distribución estética de objetos y recuerdos en una casa la hace acogedora y agradable.
- 5. El amor a la palabra
Lengua y cultura. Se ha dicho que el hombre es mano y palabra: con la mano se mueven las cosas y con la palabra el espíritu.
El arte de la palabra es el más humano de todos, el más connatural.
Según Quintiliano, recogiendo la tradición civil de Roma dice:
“Un hombre bueno, experto en el hablar”.
La palabra sirve para pensar, para discernir, para definir, para transmitir, para aconsejar, para mandar, para dialogar, para educar.
La vida de la inteligencia y la cultura se nos da por la palabra.
La capacidad de hablar es una sorprendente característica humana.
La lengua es un producto cultural. La riqueza de una lengua depende del amor con que ha sido cultivada.
La palabra es generada por el pensamiento y genera el pensamiento.
Las palabras nos ayudan a distinguir unas realidades de otras.
Se sabe mucho más de una materia cuando uno se ve obligado a explicársela a otro. Esto se acusa más cuando se escribe.
Al escribir se gana en claridad, precisión, orden y estructura.
Para dominar bien la palabra y el pensamiento, hay que escribir.
El vocabulario de una persona culta debe ser: rico y preciso.
El dominio de la lengua es arte, que como todas las artes, se aprende por imitación.
Belleza de las palabras. Cada palabra es una pequeña obra de arte por su etimologia, su uso literario, por su sonoridad.
Cada palabra tiene su sonoridad y su significado. Es un arte emplearlas bien, escogiendo las adecuadas y usándolas con propiedad y buen gusto.
El arte de escribir.
La palabra se presenta no solo de viva voz, sino tambien por escrito.
Escribir es un arte muy exigente.
No hay que perder de vista que el fin de un escrito se obtiene si se lee con facilidad, con interés y con gusto.
La belleza de un escrito no se gana por la complicación, sino por la sencillez y la eficacia. Ha de ser condensado, claro y brillante.
A la tarea del escribir le sigue la tarea de corregir. Hay que decir lo más posible con el menor número posible de palabras. La brevedad supone un arte.
El arte de hablar
Otro modo de utilizar la palabra es el oral, la palabra hablada.
El arte de expresar las ideas en público se llama “retórica”.
El significado de la palabra “retórica” se ha desviado para designar el exceso del arte de hablar.
Para hablar eficazmente lo esencial es tener algo que decir.
Cuando se tiene el qué, se consigue el cómo.
Preparar las ideas para que “pasen”, del que habla al que escucha, requiere el arte de la retórica.
Según Cicerón la retórica debe enseñar, deleitar y mover.
Lo primero es ser simpático, “caer bien”,
Lo segundo es expresarse con un lenguaje a tono con el nivel cultural del auditorio.
En tercer lugar ser breve, no extenderse demasiado.
La brevedad no quiere decir precipitación
El hispanoromano Quintiliano en su De institutione oratoria indica los cinco momentos que ha de tener cualquier discurso:
Invención, preparación del tema, con las diferentes ideas.
Disposición, ordenar las diferentes ideas.
Elocución, elegir las palabras y adornarlas.
Memorización, ni aprender de memoria, ni lectura, sino ensayo.
Acción, es la puesta en escena, con el gesto, la presentación y postura suelta, la mirada debe pasear por todo el auditorio, el tono de voz claro, brillante y con modulación.
Esta, como tantas otras cosas, se inicia imitando y practicando se aprende.
6. El sentido del humor.
Lo serio y lo cómico. El humor es un fenómeno humano universal que acompaña la vida de cada persona y por tanto tan diferente de unos a otros. Unos de “mal humor” y otros de “buen humor”.
Los primeros son intratables y muchos de los segundos “pasan” de todo.
La serenidad supera los extremos de lo cómico y lo trájico, de los humores buenos y malos.
Ser optimista, pero no iluso, ni falto de realismo.
No ser “agua-fiesta”, más bien, aprovechar las ocasiones para hacer fiesta en la familia, entre amigos y en la sociedad.
7. El don de la amistad
La amistad es un tesoro. Los clásicos consideraban la amistad como uno de los bienes más excelentes.
Sócrates: Preferiría un amigo a todos los tesoros de Dario.
Aristóteles: La amistad no solo es algo necesario, sino tambien algo hermoso y el tener muchos amigos se considera como una de las mejores cosas.
Cicerón, Confiesa: Fuera de la sabiduria, nada mejor le ha sido dado al hombre por los dioses; sin amistad no hay vida digna de un hombre.
Séneca: Nada es capaz de hacer disfrutar tanto al espíritu como una amistad fiel.
Leemos en la Biblia: El amigo fiel no tiene precio, ni se puede medir su valor.
Elementos de la amistad:
Afecto mútuo que surge de compartir algún bien y que lleva a comunicar la intimidad.
Amistad no es lo mismo que camaraderia, eso es un “compañero de trabajo”.
Elemento fundamental de la amistad es compartir la intimidad, nuestro mundo interior: lo que pensamos, lo que queremos, nuestras aspiraciones e inseguridades, nuestros recuerdos.
La práctica de la amistad. La amistad es un don inmerecido y de fortuita sorpresa.
Requisitos para la amistad son: La simpatia con una actitud abierta, propensa al diálogo y al descubrimiento del prójimo respetando sus opiniones. Otros requisitos son la franqueza y la sencillez
Las amistades son regalos que requieren tiempo.
Campo en que se pueden encontrar amigos es el “Voluntariado”.
Deberes y pruebas de amistad. Toda amistad supone un compromiso que presenta tres exigencias: trato, lealtad y ayuda.
Sin trato no hay conocimiento y por tanto se puede apreciar.
La lealtad exige reserva de lo confiado.
Los amigos se ayudan mútuamente, al menos, por consejos.
Tito Livio, dice:
Las amistades son inmortales y las enemistades mortales.
- 8. Honestidad.
La honradez es la perfección moral de la persona humana, se expresa externamente por una acusada entrega a los propios deberes e internamente por una exigente rectitud de conciencia.
Esa entrega supone una austeridad natural y espontánea.
La honradez lleva a cumplir fielmente con lo pactado.
Si se da la palabra, ésta se cumple.
La persona honrada se siente obligada, no por costumbre o por el qué diran, sino por un convencimiento interior, a ser agradecida.
Aristóteles resumió toda la ética del comportamiento humano en tres conceptos:
Lo que da gusto.
Lo que nos resulta útil.
Lo que es bueno en sí mismo, sin otro beneficio.
La honradez no consiste en otra cosa que en poner lo bueno por encima de nuestro beneficio y nuestro placer.
La vergüenza y el sentido del decoro.
Las personas normales cienten “vergüenza” de obrar mal.
Las personas honradas tienen tan incorporado el sentido de lo recto, que les parece repelente obrar en contra, incapaces de robar o mentir
El decoro y la honestidad responden al sentido moral interno.
Se denomina “pudor” a la repugnancia natural que se siente ante las bajezas sexuales.
La nobleza. La buena educación ha tenido casi siempre un aire caballeresco. Propio de caballeros es:
No faltar a la palabra dada.
Dominar en todas la circunstancias el enfado y el miedo.
No hacer trampas en el juego ni en los negocios.
No murmurar de nadie, ni olvidar a los amigos.
Ser agradecido y no doblegarse a la prepotencia de otros.
Ser magnánimo y tener miras elevadas sin propio interés.
El sentido del decoro, de lo decente o vergüenza moral se caracteriza por: amor al deber; fidelidad a los compromisos adquiridos; agudo sentido de la justicia; amor a la verdad; espíritu de servicio.
La conciencia y el orden de los amores.
La honradez surge de la entrega personal, es la victoria sobre el egoismo.
Lo más noble es poner lo bueno por encima de gustos y ventajas.
Imponer el deber moral sobre las demás inclinaciones.
La conciencia moral es el peculiar proceso por el cual captamos lo que debemos o no debemos hacer.
Tres son las posibles inspiraciones:
Lo que sentimos como una obligación.
Lo que sentimos como una prohibición.
Lo que sentimos como un reproche.
Se llama rectitud a la inclinación a guiarse por la conciencia.
El verdadero motivo debe ser el amor a la verdad que descubre la conciencia.
El ideal básico del sentido de la justicia:
“No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.
Cada persona queda definida por su ordo amoris, por la fuerza y el orden de sus amores.
En realidad, la razón, la conciencia iluminada por el conocimiento, juega un papel bastante modesto en las decisiones concretas.
La experiencia demuestra reiteradamente que la razón es débil si no está acompañada de una afectividad poderosa, de un corazón con amores fuertes y ordenados.
Se llama entusiasmo a la fuerte pasión hacia los grandes bienes.
En etimologia esta palabra viene a significar algo así como un arrebato o borrachera divina.
La pasión ordenada, educada, es un bien humano extraordinario.
Los padres normales se sacrifican con gran naturalidad, sin pensar que hacen nada extraordinario.
El amor auténtico a los hijos o al cónyuge, hace generosas a las personas, les ayuda a vencer su egoismo, les hace más capaces de pensar en los demás, en definitiva les hace más honradas, más capaces de responder a lo que la vida les pide.
“Humanismo. Los bienes invisibles”. Es ameno e interesante por los puntos que trata, como los enfoca y contesta.
Recurre a sentencias de “clásicos”
Hace reflexionar y exalta: la belleza, en sus diversos campos, la lengua y la amistad.
Define conceptos como: Cultura, Belleza, Inteligencia, Elegancia, Amistad y Honestidad
Nos recuerda valores que, quizá, hemos olvidado
Lo que no define, al menos claramente, cuáles y qué son los “bienes invisibles”
De lo leído me parece que “bienes invisibles”son los percibidos por el espíritu. La contemplación de la naturaleza, de una belleza, de una amistad, que producen una satisfacción interior, un “bien invisible”, aunque en cierta manera se exteriorice.
Esta idea queda plasmada en la expresión Misión cumplida.
Madrid 10 de octubre de 2.009
HUMANISMO. LOS BIENES INVISIBLE
Esencialización del escrito
Se entiende por “humanismo” el cultivo del ser humano
Los bienes invisibles son luminosos, netos, inmateriales, capaces de abrir horizontes y dar belleza a la existencia
La palabra “cultura” viene de cultivar, cuidar.
No forman cultura los muchos conocimientos, aunque los contenga.
La enseñanza transmite conocimientos y datos
La educación señala rectos caminos para formar hombres.
La inteligencia es el cimiento de nuestra personalidad, por una parte intuitiva y otra razonada
El saber no es espontáneo.
Se logra poco a poco y mucho por imitación
Hay que empezar aprendiendo y aprendiendo de memoria
La memoria es la base de la experiencia.
Sin memoria, no hay saber
Saber muchas cosas sin unidad ni orden, no es saber
Belleza y estética ¿Cómo se diferencian?
La belleza es objetiva, por su armonia y perfección
La estética es subjetiva, sentimientos que causan las Obras
Libertad interior del hombre es su capacidad de contemplar y gozar de las cosas bellas
Haber aprendido a saborear la belleza es un tesoro
Estilo y elegancia. Estilo está unido al buen gusto,” tener clase”
La elegancia es la estética externa de la persona
Palabra y lengua. El hombre es mano y palabra: con la mano mueve las cosas, con la palabra el espíritu
La palabra es característica sorprendente y connatural al hombre.
La palabra sirve para pensar, discernir, definir, para transmitir, educar, dialogar. El vocabulario de una persona culta debe ser rico
La palabra es generada por el pensamiento y genera pensamiento
Cada palabra es una pequeña joya de arte por su etimologia, su uso literario y por su sonoridad.
Emplearla bien es un arte, escogiendo las adecuadas y usándolas con propiedad y buen gusto.
La palabra se presenta no solo de viva voz, sino también por escrito
Escribir es un arte muy exigente para ser brillante y claro, para con menos palabras poner lo más posible.
El arte de hablar. La palabra tiene su expresión de forma oral, palabra hablada.
El arte de expresar las ideas en público se denomina “retórica”
La retórica debe enseñar, deleitar y mover, siendo breve
La lengua es un producto cultural.
Su riqueza depende del amor con que haya sido cultivada.
El dominio de la lengua es un arte, que se aprende por imitación.
El sentido del humor, éste es un fenómeno humano universal.
Unos de “mal humor”, otros de “buen humor”.
Los primeros insoportables, los segundos agradables.
La serenidad supera estas posturas.
Ni pesimistas, ni ilusos. Celebrar la fiesta y no “aguar la fiesta”
El don de la amistad. Los “clásicos”, Sócrates, Aristóteles, Ciceron, Séneca la consideraron como uno de los bienes más excelentes. Es un don inmerecido y de fortuita sorpresa
El amigo fiel no tiene precio, no se puede medir su valor
Elementos de la amistad son: el afecto mútuo y la intimidad
Requisitos de la amistad son: la simpatía y la empatía, la franqueza, la sencillez y el mútuo respeto
La amistad no es “camaradería”, amigo no es el compañero
La amistad requiere trato, lealtad, ayuda y tiempo.
Si no hay trato no hay conocimiento y por tanto aprecio
Lealtad, es decir, fidelidad y no traición.
Recordar la frase:”No son traidores, porque nunca fueron leales”
Los amigos siempre se ayudan, al menos con sus consejos.
Las amistades se consolidan con el paso del tiempo
Las amistades son inmortales, las enemistades mortales.Tito Livio
La honradez y la ética. La honradez es la perfección moral de la persona humana, que se expresa, externamente, por una acusada entrega, natural y espontánea, a cumplir los propios deberes, e internamente, por una exigente rectitud de conciencia.
La persona honrada, o que pretende serlo, se siente obligada a ser agradecida, no por costumbre o por el qué dirán, sino por convencimiento interior.
La honradez no consiste en más, que en poner lo bueno en sí mismo, por encima de nuestro beneficio o placer
La ética trata del “recto comportamiento”del ser humano.
Se debe considerar el comportamiento teniendo en cuenta obligaciones, prohibiciones, reproches, gustos y utilidades
Guia para el “recto comportamiento” es la escucha a la “conciencia moral, rectamente formada”
La vergüenza y la honestidad. Las personas normales sienten vergüenza por obrar mal, por mentir, robar, matar, etc
La vergüenza tiene un aspecto externo
La honestidad responde a un sentido moral interno.
El “pudor”, repugnancia natural a las bajezas sexuales, está unido íntimamente con la honestidad
Nobleza y caballerosidad. Normalmente la “nobleza” se otorga por un comportamiento heroico. La caballerosidad, sin tener título alguno, tiene buena educación y mantiene comportamiento de caballero, es decir: no falta a la palabra, domina el enfado y el miedo, no hace trampas en el juego, ni en los negocios, no murmura ni se olvida de los amigos, es agradecido y magnánimo, tiene espíritu de servicio y miras elevadas sin propio interés, ama su deber, la verdad y la justicia, cumple sus compromisos
Entusiasmo es la fuerte pasión hacia los grandes bienes. Etimológicamente viene a responder a un arrebato o “borrachera” divina.