ad sidera visus
Enganchados al movil
La persona es un ser social, y por tanto, ha de relacionarse con otras personas, sean familiares, amistades, vecinos y compañeros de trabajo.

 

La comunicación hoy día está muy facilitada y sin embargo se percibe realmente la incomunicación. Comunicarse no es enviar y recibir mensajes con el amigo, no es compartir el mismo techo, hablar por teléfono, comer en la misma mesa, ver la misma emisión, caminar juntos sin hablar, ni hablar mirando a otra parte. Se habla con la mirada.

Se dice “la Comunidad Parroquial” pero no es comunidad estar en el registro parroquial; la comunidad de propietarios de vivienda por residir en la misma edificación y compartir los gastos comunes. 

 

La comunicación requiere la reunión y el trato.

Los video juegos, los móviles nos bloquean el trato personal.

Muchos están al tanto de lo que ha sucedido o se está produciendo en Afganistán y desentendidos del que está a su lado.

A nivel nacional la falta de “comunicación” se da con las Autonomías, cada una va a lo suyo, desentendiéndose de las demás. En lugar de Autonomías serian acertadas las Regiones. Cada Región adapta las “disposiciones generales” a las

particularidades de la Región, evitando Parlamentarios y Parlamentos Autonómicos. La Comunicación da Unión.

Los hijos se comunican con sus padres.

Los hijos de Dios también se comunican con su Padre Dios.

En esta comunicación los hijos le expresan sin palabras sus limitaciones y deseos, es decir, tratan de sus cosas, conversan. En “inspiraciones” reciben respuestas.

El rezo de oraciones es comunicación unidireccional, que manifiesta agradecimiento y veneración a Dios Padre.

De bien nacido es el ser agradecido, por necesitados precisamos pedir luces para ver qué debemos hacer y fuerzas para seguir caminando.

Buscar y encontrareis, pedir y recibiereis, llamar y se os abrirá

Los hijos también se comunican con su madre

Los hijos de Dios también nos comunicamos con nuestra Madre, la Santísima Virgen María.

En la Virgen encontramos el afecto maternal

La Virgen es la Omnipotencia Suplicante

A Ella nos dirigimos rezando el Rosario, el Ángelus, la Salve,

Las tres Ave Marías de la santa pureza, el Acordaos Virgen María y tantas otras oraciones y jaculatorias.

Como si fuera nuestro “escolta” nos dirigimos al Ángel Custodio con la invocación:

Ángel de mi Guardia no me desampares de noche, ni de día.