ad sidera visus

Recogiendo las embarcaciones al atardecer. Albert BierstardLa vida, como el día, tiene  su amanecer y su atardecer. Para cada día la persona traza un plan de “actividades” para  alcanzar un fin. Este fin puede tener mayor o menor sentido.

De poco sentido le daría quien viviese para “pasar el día”. Verdadero sentido tiene el propósito de realizar una “actividad” provechosa y satisfactoria, con mayor valor en la medida en que tenga más permanencia y sea más duradera.

La “antigüedad” es un grado. Así se valoran las Pirámides de Egipto, la Sagrada Escritura, el Capitolio, el Acueducto de Segovia, las antiguas Catedrales, etc. El deseo de permanencia es innato en la persona. Lo que mucho se aprecia se guarda para que no se pierda. El verdadero amor dice: “No me cansaría nunca, pero nunca, nunca, de estar junto a ti”

 

Compartiendo esta opinión, natural es  su aplicación, no solo a la “actividad” diaria, sino a toda la vida. Vivir disfrutando haciendo bien y con  Sentido de permanencia. Los creyentes procuramos vivir siguiendo el camino que nos lleve a la permanente Felicidad.

Siendo la vida “bella” y de “gran valor” sería un despropósito “dejarla pasar” o “mal vivirla”.