ad sidera visus

Gensis Kan, Temujin, fue el fundador del Imperio mongol.

Su padre, Yesujei, pertenecía al clan real de Borjigin, de religión chamanista, que dominó la Mongolia oriental hasta que fue aniquilada por los tártaros a mediados del siglo XII.

Perdió a su padre cuando Temujin tenía nueve años.

La familia quedó en la miseria. Pasados los años, Temujin encontró refugio en la tribu de Toghril Beg, ayudado por éste y un amigo de la infancia reunió un grupo que se impuso a la tribu del norte de Mongolia y posteriormente venció a los tártaros (1202).

 

El valor y la astucia demostrada por Temujin hicieron que muchos nobles se le unieran y lo aclamaran como jefe.

En 1206, Temujin, dueño y señor de la estepa, fue proclamado Gensis Kan.

Unificó las tribus mongolas y turco mongolas del Gobi y organizó tantas fuerzas como para acometer grandes conquistas.

La epopeya de Gensis Kan se inicia con la conquista de China, primero por el oeste (1209), y después el nordeste para dominar  Manchuria

En 1215 quedaba en su poder la ciudad de Cambaluc (actual Pekín).

Encomendó a Mukali la conquista sistemática del norte de China, mientras él penetraba en el Kazajstán. Adentrándose en tierras occidentales de Asia se enfrentó a los chas de Corasmia arrebatándoles varias ciudades, saqueó Tiflis, en Georgia, y Sudak, en Crimea. Posteriormente, devastó Afganistán en rápida campaña. Derrotó a una coalición de príncipes ucranianos a orillas del Kalka. Su hijo, Tului, invadía Jhorezm, la mayor potencia musulmana de Asia Central.

En 1225, Gengis Kan regresaba triunfante a Mongolia.

Dos años después, cuando preparaba una nueva campaña, moría a consecuencia de la caída de caballo.

Tras su desaparición, el imperio por él forjado, que se extendía desde Corea hasta el mar Caspio, se dividió entre sus cuatro hijos, bajo la autoridad del tercero de ellos, Ogodei, que fue elegido Gran Kan (1229)

Ogodei consolidó las conquistas de su padre, completó la sumisión del norte de China (1234) y Corea (1236).

Estableció el protectorado mongol sobre Georgia, Armenia y el Cáucaso, llegando a las llanuras del Danubio en Rusia (1240).

A pesar de su fama de conquistador cruel. Gengis Kan fue un soberano hábil e inteligente, que impuso la paz y el orden en sus dominios. Creó nuevas vías de comunicación, respetó las diferentes creencias de sus súbditos y, sin saber leer, supo valorar la utilidad del lenguaje escrito.