ad sidera visus

Parece que el Apóstol San Pablo llegó a Tarraco, en la Marca Hispánica y pasó a la Marca Galaica.

En el año 40 el Apóstol Santiago el Mayor vino a las costas levantinas de la Península Ibérica para evangelizar, pero como le hacían caso,

desanimado siguió hacia tierras del Norte. A su paso por Cesar-Augusta (Zaragoza) se encontró con la Virgen en carne mortal (bilocación), lo que le dio mucho le animó. La Virgen dejó para testimonio de su presencia una columna de jaspe y en se punto se levantaría una iglesia románica, que con el paso de los años sería la actual Basílica Virgen del Pilar. Siguió caminando hasta llegar a Galicia, encontrando buena acogida, tan buena que muchos quisieron ser bautizados.

Con el tiempo llegaron  a la Marca Hispánica los Visigodos, pueblo bárbaro y arriano, Instaurando el Reino visigótico con Leovigildo, que como bárbaro mandó se diera muerte a su hijo Hermenegildo por haberse convertido al cristianismo.

En el año 711 los árabes invadieron la Península Ibérica, estableciendo varios reinos  entre éstos el de Murcia y el más importante el de Granada. Desde la Cueva de Covadonga, en Asturias, Don Pelayo inició la Liberación de los árabes, que duró hasta  1492 con la recuperación de Granada por Los Reyes Católicos.

Denominar  “Reconquista” a la recuperación es incorrecto pues si no ha habido anterior conquista  no se puede volver a conquistar.

Los Reyes Católicos obtuvieron del Papa Sixto IV la conformidad para instaurar la Inquisición. En 1483 se estableció el “Consejo de la Suprema y General Inquisición” a cuyo frente se puso al dominico fray Tomás de Torquemada. Con la Inquisición se atajó el peligro de los falsos conversos, se preservó de falsos místicos y brujos, se evitaron asesinatos de judíos y desapareció el peligro de romper la Unidad cristiana.

El Protestantismo, sea de Lutero, de Calvino, no encontró adeptos en España y fue combatido en Europa por Carlos I de España.

 

 

 

La fraudulenta invasión de España por Napoleón, encontró la oposición firme y violenta del pueblo español, como lo muestra la canción: “La Virgen del Pilar dice: que no quiere ser francesa sino Capitana de la tropa aragonesa”.

La fraternidad y el liberalismo vinieron el uno de Francia y el otro de Inglaterra. Los españoles somos propensos a valorar lo de fuera  y menos preciar lo nuestro, al menos en algunas épocas.

Los años 1931 al 1939 hubo una persecución de los cristianos en la zona de la República  a base de asesinatos, llamados “paseos”, registros en las casas y encarcelaciones.

Afortunadamente con la Cruzada de Liberación recuperamos los valores de nuestra Tradición. Se promulgó el “Fuero de los españoles”. Unir lo nacional con lo social, bajo el imperio de lo espiritual, sin imposiciones, es decir, libremente. 

Se  firmó un Concordato con la Santa Sede, puntualizando las relaciones entre la Iglesia y el Estado.

“Santiago y cierra España”.