Las reflexiones son semejantes a las flexiones de una articulación. Ese agacharse y levantarse, una y otra vez, robustece la articulación.
Reflexionar sobre la fe la hace más consciente. El creyente católico no tiene dudas de fe, pero bueno le será fortalecerla. Para ordenar estas reflexiones acertado es servirse del Catecismo de la Iglesia, en su primera parte La profesión de la fe.
La fe es la primera de las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Por la fe tiene sentido la esperanza y es el motivo de la caridad.
“Creo en solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y la tierra, de todo lo visible y lo invisible”. Si no fuera “uno solo”, si hubiera varios dioses, ninguno seria todo. Si no fuera “todopoderoso” no sería Dios.
“Creador del cielo y la tierra, de todo lo visible y lo invisible”. Es de razón recurrir a un Creador de todo el Cosmos. Nada hay sin autor.
Ese alguien es el SER SUBSISTENTE, SIN PRINCIPIO, NI FIN.
“Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios., nacido del Padre, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho y que por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre.
Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilatos, padeció y fue sepultado, resucitó al tercer día y subió al cielo
Gracias a que el Hijo único de Dios, Jesucristo, bajara del cielo, asumiera la naturaleza humana, naciera en Belén, trabajara en Nazaret, nos revelara lo desconocido, padeciera por nuestras culpas, abriendo las puertas de la Gloria y muriendo y resucitando reconozcamos la verdad de lo que dijo y de lo que hizo su divinidad..
La naturaleza humana del Hijo de Dios la “creencia cristiana” no es una imaginación humana, una ideología, ni una religión del libro, nos “revela” el sentido y el destino de la vida.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo. El Espíritu Santo, el “Gran Desconocido” es el Amor del Padre al Hijo y el del Hijo al Padre. Inspirados por el Espíritu Santo hablaron los profetas y se escribieron los Evangelios. En dogmas y normas morales la Iglesia está asistida por el Espíritu Santo. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Jesucristo dotó a sus seguidores de una estructura jerarquizada, poniendo a Pedro como cabeza de los discípulos, éstos forman el Cuerpo místico de Cristo, la Iglesia.
La Iglesia es santa como Obra de Dios-Hijo. La Iglesia es por su misma naturaleza misionera y apostólica, ya que al envío del Espíritu Santo se unió el mandato “id al mundo y predicad el Evangelio”.
La comunión de los santos. La Iglesia es la reunión de los creyentes que comparten una misma fe y sacramentos. Por esta comunión sus componentes se comunican unos con otros en espíritu. En la Iglesia encontramos diversos “carismas” y tres” estados” Iglesia militante, purgante y triunfante. Por esta comunión se ruega por las almas del Purgatorio y se invoca a las del Cielo. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Por el sacramento del Bautismo se “nace” a una nueva vida, la vida de la gracia y desaparece el pecado original. El “bautismo de deseo” alcanza el mismo fin.
Si por el pecado se pierde la “vida de gracia”, esta se recupera mediante el sacramento de la Penitencia. La resurrección de los muertos y la vida eterna. Estos dos puntos del Credo se corresponden con la naturaleza humana, creada para una eterna felicidad, buscada libremente. Si el hombre está compuesto de cuerpo y espíritu, razón es que ambos tengan la misma suerte.
Fe es creer en aquello que no se ve, ni se puede comprueba. Se cree por confianza en que nos lo comunica y justifica. El creyente cristiano cree cuanto contiene el Credo o Símbolo de la fe. Es decir, profesa la fe, vive la fe. Profesar es “vivir en esa profesión”. Profesa el monje en su Orden. Profesión de médico tiene el que vive de la medicina. Ese vivir la fe no es solo creer los artículos del Credo, sino vivir de acuerdo con la creencia. Una fe sin obras es muerta.
La fe no está en contra de la razón, sino que la supera . La Creación, hacer algo de la nada, la razón no lo entiende.Tampoco puede entender el Misterio de la Santísima Trinidad La resurrección de los muertos, la razón no lo explica, pero si lo justifica.
Tiempo sin tiempo y eternidad exceden la capacidad humana. Infinito es término que nuestra limitada naturaleza no entiende. Para el hombre todo tiene un principio y un término.
Descendió al infierno. Esta expresión indica que Dios-Hijo apareció al “estado” de los que habían muerto dando paso a los “justos” a la Gloria.
Las Escrituras escritas para los hombres son palabras de hombre y por tanto hay que comprender su sentido, su fondo, no literalmente, su forma. La recta interpretación de las Escrituras es misión de la Iglesia.